Trashumantes los pétalos
de la flor esquiva,
jardín oculto,
tras muros de cal viva
que por momentos emerge
por las venenosas grietas,
muriendo al instante
de mostrarse gloriosas.
Rondan almas
de perfume vestidas
que entre delicadas caricias
no pasan desapercibidas.
Se rompe el cielo
y la oscuridad penetra
y un mundo quieto
a sus pies dormita.
Abriéronse los ojos
del corazón maltrecho
vengando a estocadas
las heridas
de su piel rasgada.
de la flor esquiva,
jardín oculto,
tras muros de cal viva
que por momentos emerge
por las venenosas grietas,
muriendo al instante
de mostrarse gloriosas.
Rondan almas
de perfume vestidas
que entre delicadas caricias
no pasan desapercibidas.
Se rompe el cielo
y la oscuridad penetra
y un mundo quieto
a sus pies dormita.
Abriéronse los ojos
del corazón maltrecho
vengando a estocadas
las heridas
de su piel rasgada.
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