Aislados los augurios
de una vida desecha,
piedras que se alargan
a lo largo
de la senda.
Se unen los fragmentos
de aquellas que perecieron
tratando de reconstruir
parcialmente lo que fueron.
Duerme la luz
y la soledad escapa
de sus líquidas cadenas
que fluyen atormentadas
por las vías del silencio.
Sentires que se trenzan
alrededor de la nada,
maldades que nacen
de conjuras despiadadas.
Se quiebra otra piedra
y el corazón restalla,
ahogando el rencor
de su atormentada alma.
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