soy cruel hábito de asfalto,
impenetrable senda
del camino profundo.
Apéndices borrosos
de la misma quietud,
entre mis ramas se teje el mundo
y por ellas penetra la luz.
Trato de alcanzar
a las aves que me rondan,
mas su vuelo es alto
y mi acción limitada.
Expectante y paciente espero
que alguna caiga en mis redes
y que de mi piel pruebe el veneno
que de mis entrañas mana.
de todas las falacias,
arma de doble filo
que en la espalda se clava.